En Talara, la delincuencia -que sabe bien de la pasividad de las autoridades y las carencias inquietantes de la Policía-, se ha vuelto implacable, descarada e imparable. Con igual violencia y desparpajo asaltan hoy a un menor de edad que a una madre de familia, joven o empresario para quitarles sus celulares o pertenencias; y en el colmo de su atrevimiento, al menor indicio de resistencia, oprimen el gatillo sin remordimiento alguno por la vida.
Según el vecino Luis García Maticorena, los asaltos son el pan de cada día en cualquier sector de esta ciudad. “Los asaltantes que usan motos y cascos como herramientas de camuflaje e impunidad, recorren confiados las calles para realizar asaltos, extorsiones y acechar a sus víctimas”, sostiene.
Para Víctor Fernández Correa “es esta inseguridad la que algunas autoridades municipales y regionales en “campaña” se niegan a enfrentar y solo esperan que el gobierno implemente a la Policía de equipos y personal, lo malo es que cuando esto ocurra la delincuencia se habrá desbordado y muchas familias estarán llorando a más víctimas”.
En tanto, Violeta Neyra Martínez resume que, en las actuales condiciones de inseguridad, la Policía necesita el apoyo del Ejército ya que no se da abasto para enfrentar a la delincuencia. “Los talareños no vemos que la PNP realice patrullaje motorizado lo cual hace pensar que el parque automotor está obsoleto o necesita mantenimiento, lo cual juega a favor de la delincuencia. Los talareños no nos sentimos seguros en las calles, ya no sabemos si vamos a retornar a nuestras viviendas”, mencionó.
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