A propósito de los 100 años de la inmortal intérprete, recordamos su gira al Perú, en abril de 1953, cuando después de ocho años la pionera de la fusión y el world music volvía arropada en el éxito desde los Estados Unidos.
Quien bajó de las escalinatas del avión en el Aeropuerto Internacional de Limatambo aquel 3 de abril de 1953, a las 8:30 de la mañana, no era una mujer. Era una diva. Y la esperaban 4,000 personas y decenas de fotógrafos con sus flashes.
Había dejado de ser Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo (1922-2008), nacida en la calle Cochrane 91, en el Callao, de padre cajamarquino y madre piurana; la niña que en los campos de Ichocán, imitando a los pájaros, encontró su voz. Había transmutado en un ser de garganta privilegiada.
“Es un milagro de voz”, la describiría su director musical, el ruso Alexander Borisoff, “tiene como característica el don de poder, a los dos segundos de haber dado una nota perfectamente baja, lanzar un agudo como el trinar de un pájaro”.
Se llamaba Yma Súmac y una leyenda (¿acaso estrategia de marketing?) arropaba su garganta: en los diarios y revistas de los Estados Unidos se aseguraba que era descendiente de los mismísimos incas.
Ella y su esposo y productor, el músico ayacuchano Moisés Vivanco, pisaban tierras peruanas luego de ocho años de periplo por México, Canadá y los Estados Unidos.
Yma Súmac llegó a Lima, tras presentarse en teatros de Nueva York; una gira con 24 conciertos por Inglaterra; y otros tantos más por Gales, Escocia, España y Francia.
Su equipaje estaba valorizado en 60,000 dólares y su voz estaba asegurada por la minucia de un millón de dólares por la Compañía de Seguros Mayer Pravsky.
Miss Súmac vestía ropas diseñadas por modistos de primer orden, como el norteamericano Don Loper y el francés Moss Mabry; y calzados de David Evins. Todos ellos relacionados con el star system del Hollywood de esos años.
A propósito, con Marilyn Monroe no solo compartía modisto, sino también fotógrafo: Tom Kelley se encargaría de las portadas de sus discos Voice of the Xtabay (1950), Legend of the sun virgin (1952) e Inca taqui (1953), que hicieron que todo el mundo voltee a escucharla –Peru, where is that?–. Kelley aportaría a aquella estética de estrella bizarra que conquistó al gran público gringo y global.
En el viejo aeropuerto de Corpac la recibieron varios conjuntos folclóricos “con sonidos de pututos, caracoles, zampoñas, quenas, tinyas, arpas, tambos y danzas vernáculas, demostrando así la gran influencia que tuvo la diva en los artistas locales”, escribe Elton Honores en El pájaro que se transformó en mujer. Yma Súmac, la hija del Sol (Lima, Maquinaciones Narrativa, 2022).
Toda la ciudad estaba empapelada con afiches con su rostro y los diarios daban detalles de su agenda. La gran caravana siguió a la pareja Súmac-Vivanco hasta el Palacio Municipal de Lima y el Hotel Bolívar y, finalmente, al Country Club de San Isidro.
La radiofonía ya tenía un papel protagónico en el país. Radio América transmitiría en vivo y en directo todo lo relacionado a la llegada de la diva y Radio Nacional retransmitiría en la noche su conferencia de prensa en el Country. Se aseguraba que la pareja se llevaría más de 8,000 dólares de la época (el tipo cambiario de ese año estaba a 20 soles por cada dólar) por los conciertos que ofrecería y la retransmisión radial. La garganta de la diva se encargaría de arrinconar la grisura limeña.
El 7 de abril, Yma inauguraba Radio La Crónica, ubicada en el cruce de la Av. Tacna con el jirón Ocoña. El presidente de la República, Manuel A. Odría, estaba en primera fila. Luego, el 8, 9 y 10 se presentaría en el Teatro Municipal de Lima junto con 60 músicos de la Orquesta Sinfónica.
Fueron tres noches con butacas totalmente vendidas. Las tres noches, la diva hacía su aparición entre músicos nativos que tocaban tambores y pututos y una alfombra de aplausos. El repertorio iba caminando de lo tradicional a lo novedoso, del canto andino y popular a los temas con armonías modernas. De ‘Pachamama’, ‘Ataypura’, ‘Mamallay’, ‘Serranías’, cerraba con ‘Chuncho’, ‘Wifala’ y ‘Suray Surita’.
La medianoche del viernes 10 de abril, Yma Súmac todavía tuvo garganta para un show privado en el Grill del Hotel Bolívar y los fantasmagóricos sonidos de ‘Chuncho’, en la garganta acróbata de la diva, dejarían boquiabiertos a su enjoyado público.
El verdadero baño de multitudes se dio los días 11 y 12, en el Estadio Nacional. Se calcula que cada noche fueron a verla entre 15,000 y 25,000 personas y para el resto del país, dos radios, La Crónica y América, retransmitieron en directo el primer recital.
Si la intelectualidad limeña ponía en duda con argumentos que ella era descendiente de incas, al público le interesan más los mitos y el espectáculo. Por eso el día 11 a las siete y media de la noche, y al día siguiente a las nueve de la noche, la artista llegaría al escenario en andas que cargaban cuatro indígenas de la Compañía Inti Watana del Cusco.
Se suspendieron presentaciones en el norte del país, pero cerrará con broche de oro esa gira el 18 con un concierto masivo en la plaza de Acho y, al día siguiente, con un nuevo concierto en el Teatro Municipal, este a favor de las Hermanitas de la Asunción y de las Siervas de María. Un día después, partía para continuar su gira el 21 de abril en Caracas, Venezuela.
La crítica en escena
El éxito internacional de Yma Súmac, que cantaba hasta tres lenguas en una misma canción (quechua, castellano e inglés), incomodó a cierto sector del Perú ilustrado. Para algunos, solo hacía “acrobacias vocales”.
Uno de sus mayores críticos fue José María Arguedas: “Yma Súmac más que un fenómeno artístico es un prodigio circense, puesto que ningún mensaje transmite ni contiene”, escribió.
Elton Honores cita en contraparte a Lucía J. Muller, la única mujer que participó de estos debates, y quien se adelanta a los sociólogos aquel lejano 1953: “Imma Súmac es la mujer del pueblo peruano, que surge renovada, consciente de su individualidad y, por eso, decidida a luchar y triunfar”.
Datos
-Yma Súmac fue la primera cantante latina en interpretar un papel en Broadway (Flahooley, 1951) y la primera en lograr una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood (1980). En 1956, ingresó al libro de los Récords Guinnes como el mayor rango vocal del mundo.
-En 1955 se estrenó en Lima Secret of the Incas, en el que participa la diva; y en 1959, realizó su segunda gira por el país. Entre 1953 y 2008,hizo ocho visitas al Perú. De acuerdo con Elton Honores, faltan documentar las correspondientes a 1961, 1973 y 1974.
-El libro El pájaro que se transformó en mujer. Yma Súmac, la hija del Sol, de Elton Honores, se presenta el martes 13, a las 6:30 p.m., en el centro cultural Ricardo Palma (Av. Larco 770, Miraflores).
-Esta investigación documental se basa en las publicaciones en la prensa nacional y extranjera sobre la cantante del registro único.
-Además, el autor aporta una crítica de arte sobre la artista, y divide en cinco etapas sus influencias en la fusión con el rock, desde 1963 hasta el siglo XXI.
Cifras
20 millones de boletos vendió en su gira 1960-1961 por la Unión Soviética.
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