En la capital, desde la mañana, la Policía hizo un despliegue de magnitud pocas veces vista, al parecer con fines disuasivos, lo cual aparentemente no desanimó a sindicatos, colectivos sociales y grupos de provincianos que llegados el 19 de enero, ocuparon buena parte del centro de la ciudad.
Paralelamente, la Confederación General de Trabajadores (CGTP) inició una huelga nacional simbólica, en buena medida convertida en jornada de protestas en diversas regiones, con la común demanda de que renuncie la presidenta Dina Boluarte.
La Policía, que el 4 de febrero impidió con violencia que una masiva marcha se acercase al Parlamento, hoy permitió que los miles de marchistas llegasen hasta una cuadra de distancia del Palacio Legislativo y para impedirlo formaron en ambos puntos barreras compactas de agentes.
Esas formaciones policiales avanzaron caminando y empujando a los manifestantes a retroceder varias cuadras.
Entretanto, en la ciudad surandina de Juliaca, de la región de Puno, durante varias horas los manifestantes asediaron el aeropuerto de la ciudad, como parte del homenaje a una veintena de marchistas caídos en el intento de tomar la terminal, al cumplirse un mes del luctuoso suceso.
La televisión mostró el muro perimétrico del aeródromo perforado por los civiles que, además, incendiaron una pequeña edificación que era parte del cerco, aunque fuerzas militares y policiales ubicadas dentro de la instalación lanzaron gases lacrimógenos para impedir que sea ocupada.
Fuentes periodísticas de Juliaca señalaron que los incidentes dejaron un saldo de seis heridos y que el asedio se prolongó por varias horas y al anochecer no había cesado completamente.
Las protestas desafiaron el estado de emergencia, bajo el cual las Fuerzas Armadas asumieron el control del orden en Puno, y pusieron en duda la percepción de que declinan las acciones que exigen sobre todo la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
Esa percepción pareció reflejarse en una declaración del primer ministro, Alberto Otárola, en el sentido que la prioridad del Gobierno ahora es avanzar en la gobernabilidad del país.
En otras regiones, según el reporte diario de la Defensoría del Pueblo, hubo 62 puntos de bloqueo de carreteras en las regiones de Puno, Cusco, Apurímac, San Martín y Madre de Dios.
Además, hubo marchas y concentraciones en 17 provincias de las regiones de Arequipa, Cusco, Puno, Huancavelica, Junín, Madre de Dios y Pucallpa, así como paralizaciones de actividades en siete provincias de las regiones de Puno, Cusco, Tacna y Loreto.
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