La piel es el órgano externo más grande del cuerpo, el cual se deteriora a través del tiempo y se puede observar a través de las arrugas.
La causa principal de este deterioro es la perdida de proteínas y fibras como el colágeno y la elastina, debido al contacto frecuente con el exterior, generando como consecuencia la perdida de brillo y un aspecto ajado y viejo.
Una de las formas para mejorar el aspecto de la piel es a través de la alimentación, pues, la composición de algunos productos, le otorga a la epidermis nutrientes necesarios para mantenerse en condiciones óptimas.
La uva cuenta con cuatro beneficios para la piel. Estos son ayudar a limpiar las impurezas, prevenir la degradación de la producción de colágeno, tener un efecto exfoliante y proteger la piel del sol.
La soya ayuda a mantener la firmeza y elasticidad de la piel, debido a que estimula la producción de colágeno y de ácido hialurónico.
Las propiedades propias de las almendras las convierten en un aliado para la piel, pues favorecen la estimulación del colágeno, una proteína que es indispensable para tener firmeza y elasticidad.
La zanahoria posee una serie propiedades que aporta a la dermis, entre las que están reducir el acné, retrasar el envejecimiento, proteger la piel del sol y atenuar las manchas.
El consumo de estos alimentos, puede implementarse en nuestras comidas cotidianas y son fáciles de encontrar en los mercados y supermercados.