El encuentro entre el Papa Francisco y el Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, duró 40 minutos el pasado jueves en el Palacio del Vaticano durante su primera visita oficial al exterior tras su reelección en las elecciones legislativas del 3 de abril. En una reunión privada con el líder extremista conservador, el Papa le agradeció haber abierto la puerta a los refugiados ucranianos que huyen de su país debido a la agresión rusa. Orbán y el Papa se encontraron el 12 de septiembre durante la breve visita que el obispo de Roma realizó a Budapest con motivo de la clausura del Congreso Eucarístico Internacional que se está celebrando en la capital húngara. También se reunieron en una audiencia con muchos líderes y parlamentarios cristianos europeos en el Vaticano en 2016.
Aunque Bergoglio y el jefe de Gobierno húngaro coinciden en aspectos de la doctrina católica como el rechazo al aborto, mantienen posiciones muy diferentes en otros temas, como el recibimiento de inmigrantes de otras religiones. Se ha mostrado inflexible a la hora de recibir en territorio húngaro inmigrantes que huyen de Siria, Irak o Afganistán, países de población mayoritariamente musulmana, Orbán demuestra lo contrario, entiendo mucho más de refugiados ucranianos de religión cristiana, ya sean ortodoxos o católicos orientales. De hecho, Hungría acoge hoy en día a más de 450.000 refugiados de ese país, según datos de la ONU, hecho que el Papa ha querido agradecer durante su encuentro con Orbán, según fuentes de la Santa Sede.
“Dios te bendiga, bendiga a su familia y a Hungría”, le dijo Bergoglio al líder ultraconservador magiar en inglés al despedirse de él. El respondió también en inglés: “Nosotros le esperamos”, dando a entender que lo había invitado a visitar su país, donde el Papa pasó apenas siete horas el pasado mes de septiembre. Junto a su esposa y viceprimer ministro Zsolt Semjen, Orbán obsequió al Papa dos libros: uno del compositor Bela Bartok y otro sobre música lírica acompañado de un CD. Por su parte, Bergoglio le entregó una copia de documentos judiciales y una medalla de bronce en la que San Martín defendía a los pobres, entregándoles parte de su manto. “Le he regalado este medallón pensando en la llegada de tantos ucraneanos”, le cometo.
Tras reunirse con el Papa, Orbán sostuvo un encuentro con su histórico aliado italiano, el líder de la Liga, Matteo Salvini. Preguntado por los periodistas si la entrevista era adecuada en este momento por la buena relación entre el líder húngaro y el presidente ruso, Vladimir Putin, Salvini recordó que el primer ministro magiar fue recibido por el Papa.
