Durante el año pasado, empresas de todo el mundo comenzaron a subir los precios a un ritmo que no se había visto en décadas. Estados Unidos ha sido el más afectado entre las principales economías.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los precios han aumentado a una tasa anual del 4,7% durante el último año, más rápido que cualquiera de los siete países desarrollados (G7). En el Reino Unido, por ejemplo, la inflación es solo del 2,5%.
El mes pasado, la inflación en los Estados Unidos alcanzó el 8,6%, una de las tasas más altas del mundo.
Muchos de los factores que causaron la inflación del año pasado no fueron exclusivos de los Estados Unidos, incluidas las interrupciones en el suministro causadas por la pandemia de Covid y el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos debido al daño a los cultivos por tormentas y sequías severas.
¿Por qué Estados Unidos empeoró? En dos palabras: alta demanda.
Este aumento en la demanda fue impulsado por 5 mil billones de dólares estadounidenses aprobados para proteger a las familias y empresas del impacto económico de la pandemia.