Exigieron $10 millones en abril a cambio de detener el ataque y devolver la información robada. El gobierno costarricense se negó a pagar.
Ahora piden 20 millones y continúan las amenazas.
“Estamos en guerra y eso no es una exageración”, dijo esta semana el nuevo presidente del país, Rodrigo Chaves, al declarar el estado de emergencia a nivel nacional luego de un mes de ataques cibernéticos a los sistemas institucionales del país.
Los perpetradores son un grupo de ciberdelincuentes con sede en Rusia llamado Conti, llamado así por la plataforma informática en la que llevan a cabo los ataques.
Su trabajo es infiltrarse en los sistemas informáticos de corporaciones, instituciones y gobiernos para chantajearlos.
Recientemente atacaron las agencias de inteligencia de Perú, pero donde realmente causaron estragos fue en Costa Rica.