Miles de jubilados venezolanos han marchado por las calles de Caracas para expresar sus quejas contra Nicolás Maduro por la poca cantidad de dinero que reciben cada mes. Los manifestantes continuaron con la campaña por la visita de delegados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al país.
El venezolano jubilado Ali Enrique Morenode de 67 años que ha trabajado durante 40 años en la administración pública, se quebró al describir la situación que lo obligó a vender dulces en la calle para pagar la medicina que necesita ante la crisis que vive la nación.
“Vendo caramelos en la calle para sobrevivir”, narra al mostrar una bolsa con dos paquetes de dulces que acaba de comprar para conseguir de ese modo algo más de dinero en Venezuela. Reciben 28 dólares al mes después de que el presidente Nicolás Maduro decidiera aumentar en marzo. Hasta entonces cobran el equivalente a dos dólares.
Los manifestantes corearon consignas y portaron pancartas con demandas: “Queremos seguir viviendo”, “No más pensiones de muerte”, “Fiscal de la CPI nos están matando de hambre”, “Los pensionados no queremos morir antes de tiempo”.
Los jubilados se sumaron a la protesta exigiendo que se respete lo consagrado en el artículo 91 de la Constitución venezolana, que establece que todos los trabajadores tienen derecho a un salario “que les permita vivir con dignidad”.
Sin embargo, el subsidio de $28 dista mucho de los más de 470 que se necesitan para comprar una canasta básica de alimentos, según cálculos del privado Centro de documentación y análisis de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas).
Arnoldo Benitez, de 75 años, quien se jubiló hace 15 años luego de desempeñarse como funcionario durante tres décadas, expresó su frustración con una pancarta que colgaba sobre su pecho: “Me quiero morir de viejo, no de hambre”.
“Entonces tengo que cobrar 15 pensiones para comer un mes”, señala Arnoldo, al mostrar un estuche en el que guarda muchas pastillas que tiene que tomar para sobrellevar la enfermedad de su vejez.