Los turbantes rojiblancos y los polos de la selección peruana de fútbol han invadido las galerías de Gamarra –el emporio textil más grande de América–, en medio de la expectativa general, a una semana del partido de repechaje que podría colocar a Perú en Catar 2022 para su segundo mundial consecutivo.
Los turbantes con los colores del Perú son la novedad de la actual campaña comercial y reflejan no solo el ingenio del confeccionista peruano, sino también la aspiración del aficionado local que se siente con un pie y medio en el mundial de Catar y, por ende, cada vez más cerca de esta nación árabe.
Al margen de cualquier discusión sobre apropiaciones culturales, vestir un turbante implica para el hincha de la rojiblanca la confianza de un resultado positivo en el partido del próximo lunes 13 de junio, ya sea con Australia o Emiratos Árabes Unidos.