Los corticoides se usan para tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas o agudas en las que no hay un agente infeccioso. Su uso en infecciones agudas como el dengue pueden agravar el caso ya que los corticoides disminuyen el sistema inmunológico del paciente lo cual viene a ser las defensas que tienen nuestro organismo para combatir cualquier infección, explicó el infectólogo del Instituto Nacional de Salud (INS), Cesar Cabezas.
De igual forma, el especialista recomendó a los pacientes no utilizar anti inflamatorios porque pueden inducir a hemorragias. “Si se trata de bajar la fiebre, es mejor usar el acetaminofén, medicamento que alivia los dolores de cabeza, musculares, resfriados, gargantas irritadas, dolor de espalda, entre otros. Además, el paciente debe estar en constante hidratación, mientras se acude a un establecimiento de salud. No hay que automedicarse”, insistió el doctor Cabezas.
Los corticoides se usan para el tratamiento de enfermedades autoinmunes (artritis, lupus, esclerosis múltiple, afecciones de la piel y algunas enfermedades oncológicas). Sin embargo, éstos deben ser utilizados con seguimiento estricto de su dosis y bajo el monitoreo de un médico frente a alertas de reacciones adversas.
En el caso de que las personas opten por consumir corticoides sin prescripción médica y, peor aún, sin necesitarlos se exponen a que disminuya su sistema inmunológico y podrían aumentar el riesgo a desarrollar infecciones más graves.
Entre los efectos secundarios que se deben conocer están: presión arterial alta, problemas de memoria, malestar estomacal, hinchazón, confusión, delirio, entre otros.
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