Aunque la oreja es una de las partes del cuerpo que habitualmente no tomamos en cuenta, es importante ser conscientes de los hábitos de higiene que debemos tener con esta parte del cuerpo que nos permite oír.
El oído es un órgano sensible que transforma sonidos en impulsos eléctricos y, que además, nos aporta equilibrio. Formado por tres partes esenciales: el oído externo, conformado por el pabellón auricular y conducto auditivo externo, el medio, tímpano y cadena de huesecillos, de mismo modo, el interno con la cóclea y finalmente el órgano del equilibrio.
Cada una de ellas con funciones distintas y componentes diferentes.
Es por ello que la higiene auditiva es indispensable para la salud del sistema auditivo al completo. a respecto el Francisco Javier Guerra, Médico Especialista del Servicio de Otorrinolaringología menciona que “el oído tiene un sistema de limpieza autónomo, no tenemos que hacer mucho para cuidarlo. Cuanto menos lo hurguemos y menos lo limpiemos, va a estar mucho mejor”.
En ese contexto, existen 3 formas de cuidar este importante órgano:
Como primer paso, hay que empezar por el pabellón auricular, la parte externa y más expuesta al sol. Esto es clave siempre pero cobra especial importancia ahora, cuando los rayos solares son más fuertes.
El segundo paso es mantener este pabellón auricular bien hidratado con una crema hidratante, especialmente en el caso de eccemas o sequedad.
Finalmente cuidar nuestra audición también pasa por evitar la exposición al sonido intenso como la música elevada, ruidos fuertes o ambientes laborales ruidosos.
LO DICE LA GENTE