Según datos oficiales analizados y publicados por Mapbiomas este lunes, la deforestación por minería en las reservas indígenas de la Amazonía brasileña ha aumentado en más de un 205 % debido al gobierno de Jair Bolsonaro.
Las cifras han causado preocupación en el país ya que la actividad, hasta ahora prohibida en estos territorios, podría legalizarse con la autorización del legislativo.
Entre 2019 y 2021, las operaciones mineras destruyeron 7.401 hectáreas de vegetación nativa en la Reserva de la Selva Amazónica brasileña, un número real que triplica las 2.420 hectáreas de vegetación que fueron destruidas por el “garimpo” (como llaman a la minería artesanal) entre 2016 y 2018, en los tres años anteriores a la llegada al poder del líder ultraderechista.
“Garimpo” es considerado por los ecologistas como una de las principales amenazas para la Amazonía y, según ellos, está lejos de operar a escala manual, ya que su modo de operación es similar al de las organizaciones industriales.
Bolsonaro, sin embargo, apoya y defiende su legalización. En febrero, aprobó un decreto que formaliza el garimpo en Brasil, específicamente en la Amazonía.