En Talara disputan por el gobierno provincial y cinco distritales, a los que se suma una curul en el consejo regional. Para la municipalidad provincial postulan doce listas compuestas de un candidato para alcalde y once para regidores.
En las listas destacan rostros conocidos de ex autoridades que quieren regresar al poder, candidato-alcalde investigado por la fiscalía por presunta corrupción y eternos candidatos quienes se han ubicado en distintos movimientos regionales y partidos políticos con la intención de administrar los recursos de las diferentes comunas.
Las listas que participan en el proceso electoral que tiene como fecha más importante el domingo 2 de octubre son los movimientos regionales: Contigo Región, Renace Piura, Región para Todos, Unidad Regional, Fuerza Regional; y los partidos políticos: Podemos Perú, Perú Libre, Somos Perú, Fuerza Regional, Alianza para el Progreso, Frente de la Esperanza 2021 y Acción Popular.
Consultados algunos talareños sobre este visible afán de querer llegar a ser gobierno para administrar el presupuesto municipal, particularmente los recursos del canon petrolero, coinciden que en la actualidad la política está muy a menos, que las los movimientos y partidos políticos no muestran estadistas que es lo que requieren tanto municipalidades como el gobierno regional para salir de la dura crisis en que se encuentran los distritos, las provincias y la región Piura.
“La excesiva postulación se debe a que los partidos políticos han perdido trascendencia por la clase de políticos que albergan y todo lo que ha sucedido en el país en las últimas décadas. Entonces, aparecen movimientos regionales o candidatos que quieren ser gobierno regional o municipal y arrastran todo lo que pueden. Es un abuso del lenguaje llamarlos partidos o movimientos políticos porque en realidad son muy volátiles”, sostiene José Chavesta Campos.
Por su parte, la ciudadana Sara Berenstein de Gonzáles señala que en los últimos años casi no existe la vocación de servicio, ya que para la inmensa mayoría la política se ha convertido en una forma de empleo o una forma en que los caudillos tengan el poder, se apoderen de lo público como si fuese su chacra.
“El gran problema de todo esto es que son las mismas reglas, con casi los mismos actores entonces salen las mismas cosas. Creo que hay una crisis brutal y enorme de todo el sistema electoral y nadie está interesado en cambiar”, comenta Bereinstein.
Finalmente, para el político Manuel Mendoza Criollo, a los que están en los poderes Ejecutivo y Legislativo les conviene mantener las mismas reglas para volver a repetir (el plato) o que llegue gente parecida a ellos.
“Cuando no tienes partidos, la competencia electoral se exacerba y se vuelve de bajo nivel, compiten muchos caudillos (y caudillitas)”, sentencia.
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