El consumo de alcohol es irónicamente muy común entre las personas en nuestra sociedad. Y decimos irónicamente porque la realidad es que estas bebidas tienen efectos importantes en el cuerpo y en la salud en general que no siempre conocemos o que incluso normalizamos simplemente porque son parte cotidiana de la rutina y porque se trata de una droga legal.
Por ejemplo, es probable que ya hayas experimentado al menos una cruda o resaca en tu vida, y si sí, sabrás muy bien lo desagradable que es. Cuando tenemos cruda, el cuerpo está pasando por un momento difícil para recuperarse luego del consumo de alcohol, pues se modifican secreciones de hormonas, comunicación entre neurotransmisores, respuesta de ciertos órganos del cuerpo y niveles de hidratación en general, causando mucho malestar. Esto lo hemos hecho una práctica normal en nuestra vida, pero si lo pensamos fríamente, no es del todo saludable que cada cierto tiempo tengamos que quedarnos en la cama por todos los efectos negativos que tiene el alcohol en el cuerpo y que realmente percibimos cuando estamos crudos.
Por si esto fuera poco, la realidad es que el consumo de alcohol provoca diversas modificaciones en el cuerpo, sobre todo con el paso del tiempo y el consumo constante. Si pensamos en que el 85% de los adultos consumen alcohol, es importante hablar de estos temas para que al menos tengamos consciencia de lo que nos sucede cuando consumimos esas bebidas. Te contamos algunos ejemplos de cambios que suceden en el cuerpo por el consumo de alcohol.
Reduce nuestros sentidos
Cuando consumimos alcohol, el 20% de este es procesado en el hígado y el 80% en los intestinos. Luego se reparte por el cuerpo mediante moléculas de etanol, que al llegar al cerebro provocan una reducción en los sentidos y en el estado de alerta, por ejemplo, porque hace que el paso de las señales del cerebro al cuerpo sea más lento.
Extroversión vs bajón
Cuando tomamos alcohol, el cerebro suprime los estímulos en la corteza prefrontal del cerebro, lo cual hace que nos podamos sentir menos temerosos, más energéticos y confiados, incluso podemos llegar a ser más impulsivos. Sin embargo, esta subida que provoca el alcohol también tiene una contraparte cuando baja, haciéndonos sentir culpables e incómodos.
Lastima tu hígado
Este es quizá uno de los efectos secundarios que cambia tu cuerpo con el alcohol que más conocemos. El consumo de alcohol daña al hígado pues al momento de procesarlo, libera un ácido que afecta el funcionamiento de tu cuerpo en general. Por eso, cuando dejas de tomar alcohol uno de los beneficios que se presentan es que tienes más energía durante el día, mejor cognición y mejor calidad del sueño, pues todo esto se ve alterado de manera negativa al dañar al hígado con el consumo de alcohol.
Afecta la calidad del sueño
El alcohol hace que las personas padezcan más insomnio, pese a que a veces puede inducir el sueño, pues mantiene la profundidad del descanso en un nivel superficial que no ayuda a la recuperación completa del cuerpo por las noches.
Te vuelve irritable
Cuando los niveles de felicidad aumentan con el consumo de alcohol, al momento en que no los recibimos mediante estas bebidas, el cuerpo trata de reponer por su cuenta, pero esto puede provocar una sensación de irritabilidad por exceso de sustancias que provocan demasiada susceptibilidad.
No le damos tiempo al cuerpo para su recuperación
Cuando tomamos mucho alcohol o lo hacemos con frecuencia, no le damos tiempo a nuestro cuerpo para recuperarse y terminar de limpiarse y ya estamos sometiendo a prueba de nuevo. Por eso, si decides tomar alcohol, intenta hacerlo con poca frecuencia e intercala las copas con vasos de agua.
