El Papa Francisco ha denunciado que la guerra en Ucrania tiene una “dimensión mayor” porque es una “amenaza al mundo entero” y ha reivindicado el papel que deben cumplir las religiones, y en concreto, el cristianismo en la construcción de la paz.
“Esta guerra, tan cruel e insensata como cualquier otra, tiene una dimensión mayor y amenaza al mundo entero, y no puede dejar de cuestionar la conciencia de todo cristiano y de toda Iglesia”, ha dicho el Papa al recibir en audiencia a los participantes en la sesión plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Sus palabras llegan después de que la Iglesia Ortodoxa rusa haya acusado al Pontífice de haber “tergiversado” la conversación que mantuvo a mediados de marzo con el Patriarca Kirill por zoom y le haya afeado que usó un “tono equivocado para transmitir el contenido” en una entrevista con ‘Il Corriere della Sera’.
En el artículo publicado este martes, el Pontífice aseguró que el Patriarca Kirill no “puede convertirse en el monaguillo del (presidente ruso Vladimir) Putin” y destacó también que, tras 20 minutos en los que su interlocutor le leyó todas las justificaciones de la guerra en Ucrania, le dijo que no entendía nada de eso. “Hermano, no somos clérigos del Estado, no podemos usar el lenguaje de la política, sino el de Jesús”, afirmó.
El servicio de comunicación de relaciones exteriores del Patriarcado de Moscú publicó al día siguiente un comunicado en el que aseguraba que es “deplorable que un mes y medio después de su conversación con el Patriarca Kirill, el Papa Francisco haya elegido el tono equivocado para transmitir el contenido de esta conversación”.
“Es poco probable que tales declaraciones contribuyan a establecer un diálogo constructivo entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Rusa, que es particularmente necesario en este momento”, agregaron desde el Patriarcado de Moscú.
Durante su alocución ante los miembros del organismo del Vaticano que busca la unidad de todos los cristianos, el Papa ha lamentado que “incluso antes de que terminara la emergencia sanitaria, el mundo entero se encontró ante un nuevo y trágico desafío, la guerra que está teniendo lugar en Ucrania”.
“Tras el final de la Segunda Guerra Mundial nunca han faltado las guerras regionales, hasta el punto de que a menudo he hablado de una tercera guerra mundial a trozos, esparcida un poco por todas partes”, ha continuado tras citar de pasada a Ruanda y Birmania.
Así, el Pontífice ha invitado a preguntarse: “¿Qué han hecho las Iglesias y qué pueden hacer para contribuir al desarrollo de una comunidad mundial, capaz de lograr la fraternidad a partir de pueblos y naciones que viven la amistad social? Es una cuestión sobre la que debemos reflexionar juntos”.
En otro momento del discurso, el Papa ha defendido el ecumenismo como la única manera de avanzar y ha criticado, saliéndose del discurso que tenía preparado, a algunas “egocéntricas comunidades cristianas” que no caminan juntas, que prefieren “irse para atrás” y no permiten “avanzar”. “O se camina juntos o no se avanza”, ha concluido.
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